Navega una vez al año, pero cada vez que se encienden sus motores
conmueve. Los detalles de esta "obra de arte" que fue pensada como un
homenaje a los héroes caídos en el Atlántico Sur.
La historia del
ARA General Belgrano es una herida abierta en todos los argentinos.
Cualquiera sea la posición que se mantenga sobre la guerra de las
Malvinas, el ataque del 2 de mayo de 1982 a esta embarcación es
lamentado y aún llorado por la inmensa mayoría y es materia de análisis
internacional.
Hoy, quienes recuerdan a diario a sus 323 víctimas mortales, pueden
emocionarse con el homenaje que se le hace a diario a este crucero de la
Armada Argentina.
Esta réplica, cuya construcción fue iniciada en 2005, puede disfrutarse todos los días en el Museo Naval de la Nación
(Tigre), mientras que en diferentes parques porteños y bonaerenses es
expuesto al público una vez al año donde los responsables de su
mantenimiento lo hacen navegar.
Realizada por un equipo de 10 personas encabezado por Juan Carlos
Lago, este verdadero homenaje del modelismo naval demandó un total de 10
mil horas de trabajo en 2 años y medio.
En idéntica escala a la
que tenía su original, este modelo tiene una eslora de 3,7 metros y una
superficie de 3,5 metros cuadrados.
Todo el trabajo fue a pulmón.
Sólo las ganas de rendir un tributo a los caídos movilizaba a este
grupo de amigos y fanáticos del Club Argentino de Modelismo Naval a
Escala.
La réplica guarda las mismas proporciones que su original hundido por
el submarino HMS Conqueror ese fatídico mayo. Tan es así que el capitán
del General Belgrano, Héctor Bonzo, vio "navegar" a este modelo pocos
meses antes de morir y expresó, melancólico: "Deja la misma estela en el
agua que mi barco en el Atlántico Sur".
En un primer momento,
el proyecto de Lago y su equipo no contemplaba la posibilidad de que el
nuevo crucero navegara. Sin embargo, la decisión cambió tiempo después.
"A
pesar de que el modelo no iba a navegar, quedó tan bien el casco que
vimos la posibilidad de hacerlo navegable. Evaluamos todo el trabajo
necesario para hacerlo y nos dimos cuenta que no demoraría mucho la
terminación del modelo. Además, el impacto emocional de que,
simbólicamente, el crucero vuelva a navegar luego de 25 años, nos animó a
todos", cuenta Lago en su reseña.
La "obra de arte" tal como la definen quienes la observan, cuenta con radares, cañones, ametralladoras, grúas,
helipuerto, mástiles, barandas, chimeneas, todo con un detalle de
precisión que asombra.
Hoy, familias enteras y héroes de Malvinas
pueden verlo todos los días en su museo, inmóvil e imponente. O ser uno
de los privilegiados que una vez al año lo ven navegar, y así imaginar
cómo surcaba las aguas frías del Atlántico hasta su destino final.