viernes, 5 de octubre de 2012

Impresoras 3D ¿El modelismo del futuro?


 Algunos opinan que es la nueva revolución industrial, todo lo tangible puede ser reproducido por esta tecnología, y ni que hablar de nuestro hobbie, el modelismo estático.
Se imaginan, el único límite es nuestra imaginación, no habrá pieza que no se pueda reproducir, reemplazará al scratch?, o en un futuro próximo ya no necesitaremos ir a la tienda de modelismo y comprar una maqueta tal como la conocemos?. Simplemente bajaremos el archivo por internet y a reproducirlo, claro que todavía el insumo es muy caro, pero en un corto tiempo estará al alcance de todos.
Así como posiblemente el libro (papel) tengan los días contados frente a la ventaja de libros digitales y medios de lectura como el "e-book", puede que las maquetas, tal como las conocemos dejen de existir. Con esto no quiero decir que el libro o las maquetas desaparezcan, y mucho menos el hobbie, simplemente digo que debido a las nuevas tecnologías, estos cambien la forma en la que son comercializados.



 Impresora 3D

Como funciona?

La tecnología 3DP implica la creación de un objeto de forma gradual, añadiendo una fina capa en cada pasada. El dispositivo emplea un “escenario” —una plataforma de metal montada sobre un pistón— que se eleva o desciende en pequeños incrementos. Una capa de polvo se extiende a lo largo de la plataforma, y entonces, un cabezal de impresora similar a los que tenemos en nuestras casas, deposita un líquido aglomerante sobre éste, consiguiendo su cohesión. Después, la plataforma desciende de forma infinitesimal y se aplica una nueva capa de polvo, repitiendo el proceso.
Con estas capas de polvo, este sistema es capaz de hacer complejos objetos. Incluso combinando diferentes polvos y uniones podemos conseguir diferentes materiales. En general, cualquier cosa que podamos construir a partir de polvos: cerámica, metales, plásticos, etc.
Con los años, se han añadido nuevas variantes a esta tecnología, incluyendo la posibilidad de incluir colores en las impresiones y utilizar diferentes materiales.






Impresoras 3D en Argentina

Por Francisco Stefanoff
@fstefanoff
Especial para ConexiónBrando

"Está todo dado. Solo falta que más personas se animen". Con esta clara interpelación a la gente, Fabián Daiez, uno de los responsables de 3D Systems y Punta Diseño Industrial en Argentina, comienza a explicar la proyección de las impresoras tridimensionales. Pese a que llevan casi dos décadas en el mercado, en los últimos años estas máquinas, que imprimen desde lo básico hasta lo increíble, comenzaron a hacerse más visibles en ambientes apartados de lo industrial.
Según explica Daiez, más allá de que su desarrollo siempre ha estado ligado a las compañías de manufactura, hoy se empieza a ver como una necesidad, enseñar su funcionamiento en universidades e incluso escuelas secundarias. En Argentina, instituciones educativas como la Universidad Tecnológica Nacional o la Escuela ORT, entre otras, ya cuentan con impresoras 3D para sus alumnos y profesores.

¿Por casa cómo andamos?
Si bien actualmente la demanda en este segmento todavía es muy baja, Tomás Chernoff, del staff de Robtec Argentina, se muestra optimista y confía que poco a poco las impresoras se irán metiendo en los hogares. "La gente tiene que entender la utilidad de las impresiones: por ejemplo, si de repente necesitás un objeto doméstico cualquiera o se te rompe la perilla del horno, del lavarropas o la manija de un cajón, una impresora 3D -por un costo mínimo- te resuelve el problema", asegura.

Tal como lo describe, hay tres factores que contribuyen (o pueden contribuir) al desarrollo de las impresoras: primero, el abaratamiento progresivo de este tipo de tecnología, cuyo precio se redujo "más de cinco veces en los últimos diez años", acota Chernoff. Así es que hoy una impresora 3D se puede conseguir desde aproximadamente 3000 dólares. Segundo, el desarrollo de la tecnología simplificó el uso de estos equipos y de su software hasta un punto en el que puedan utilizarse sin un fluido conocimiento previo. Y, por último, la posibilidad de conseguir los materiales que se utilizan de una manera fácil y sin importantes gastos.

¿Qué se puede imprimir?
Gabriel Schoijet, un referente de la impresión 3D en Argentina, advierte que, a diferencia de las tradicionales o "2D" -como le gusta llamarlas-, las impresoras tridimensionales tienen varias formas de llegar al producto acabado. Si uno entiende algo de diseño ( "ojo, no hace falta ser experto", aclara enseguida) y quiere trabajar un objeto desde cero, puede crearlo a través de programas como el CAD o el Google Sketchup. "Diseñás el producto como te gusta y después lo imprimís", sintetiza.

Pero si el conocimiento de diseño es nulo, no hay de qué preocuparse. Otra posibilidad viene de la mano de Internet: por la web circulan miles de archivos ya diseñados por otros usuarios, que solo necesitan descargarse y transferirse a las impresoras 3D para que ellas hagan el resto.

Además, al igual que en las impresoras comunes, aquí también está la posibilidad de escanear. Según Chernoff, el dispositivo Kinect (esa cámara que se usa en las consolas de videojuegos para captar los movimientos) toman una serie de fotografías de la persona u objeto en cuestión y lo transforman en "un dato digital 3D", que enseguida podrá ser impreso por las máquinas.

 

Cabezales a la obra
Una vez cargado en la impresora, solo queda apretar el "botón de imprimir" para que el archivo creado, descargado o escaneado se haga realidad en pocos minutos o varias horas, dependiendo el objeto que se desee. ¿Cómo lo hace? Lo explica Daniel Porreca, director de Tecnia, otra de las empresas que manejan el rubro en Argentina: "La máquina va construyendo el objeto capa por capa, a través de un cabezal que, en vez de descargar tinta, adiciona plástico fundido creando el objeto". Y completa: "Lo que tiene que ver con la cantidad de material, las características del objeto o la forma del producto acabado se encuentra diseñado desde el archivo".

Para tener en cuenta
Aunque hoy en Argentina la mayor parte de las impresoras que se comercializan trabajan con ABS (una variedad de material plástico), a estas máquinas se les podrá, en un futuro, cargar distintos tipos de "materiales": yeso, chocolate, titanio o hasta células madre, como lo demostró el cirujano Anthony Atala al imprimir ¡un riñón! en vivo en una reciente conferencia TED.





Fuente: www.xatakaciencia.com
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