lunes, 9 de enero de 2012

Dos contrincantes y una tragedia.

Ferrari 801 (Eugenio Casttelloti)


La historia comienza con este piloto, Eugenio Casttelloti, piloto de Lancia y Ferrari en varias competiciones, entre ellas F1.
Eugenio, proveniente de una familia del norte de Italia, era el único heredero de una gran fortuna, lo que le permitía ser una persona por demás despreocupada, elegante y encantadora, un gentleman de los años 50.
En su primer año (1955) Eugenio corre con Lancia, en un Lancia D50 y como compañero a Alberto Ascari, quien muere en Mayo del mismo año en Monza, en un una curva que hoy lleva su nombre, "variante Ascari".
Gianni Lancia, acosado por problemas financieros, se retira de la competición, por lo que cedieron coches, pilotos e ingenieros a Ferrari a cambio de 50 millones de liras para intentar mantener la compañía.
Eugenio acaba la temporada corriendo para Ferrari y consiguiendo el podio en Monza, el último GP de la temporada. Eso bastó para que Eugenio, en su primera temporada en F1, acabase tercero en el campeonato, sólo detrás de los intratables Mercedes. Su éxito en las carreras y su noviazgo con Delia Scala, mito erótico italiano del momento, había elevado a Eugenio a la categoría de héroe nacional.
En 1957 Eugenio estrenaría coche, el Tipo 801 de Ferrari, pero esa sería la temporada de los Maserati 250F, y eso sería algo que tendría trágicamente que ver en su muerte.
El 14 de Marzo de 1957 el equipo Maserati estaba probando algunos cambios en el 250F en el santuario de Ferrari, el Autodromo di Modena.

Maserati 250F (Jean Behra)

Enzo Ferrari contemplaba iracundo desde el café del circuito, el Biella Club, como el 250F, pilotado en esas sesiones por Jean Behra, iba lanzado a pulverizar el récord del trazado. Para Il Commendatore ese circuito era algo sagrado, simbólico, para Ferrari. El que Maserati, que previsiblemente ganaría todos los GP de la temporada, consiguiese el récord del circuito era un ultraje, una profanación.
Enardecido y fuera de control, agarra el teléfono y llama a Eugenio, que estaba disfrutando de unas cortas vacaciones en Florencia. Debiendo dejar las confortables sábanas entre las que se acababa de encontrar con su bella novia, Eugenio enfila la carretera hacia Módena a eso de las 5 de la mañana. Se pone el mono y casco de piloto aún bostezando, para acabar trágica y ridículamente sus días justo detrás de donde su enfurecido jefe tomaba un café. No había llegado a cumplir los 27 años.
Para Villoresi, aún conmocionado por la muerte de Ascari, de la que culpaba a Ferrari, fue la gota que colmó el vaso. Como declaró, "¿es justo poner en riesgo la vida de un piloto sólo por el orgullo de Ferrari, puesto en juego delante de una taza de café esa mañana?"... tras aquello no volvió a cruzar palabra con Enzo.

Maserati 250F kit metálico
Ferrari 801 kit metálico

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Fuente: Wikipedia
Historias de f1 silverstone 1950.


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